miércoles, 13 de mayo de 2009

El Tiempo

Me decían el otro día que no perdiera el tiempo. ¿Alguien ha encontrado mi tiempo?
Nunca he podido tocar el tiempo, ni siquiera cuando los relojes funcionaban con la cuerda. No, nos confudimos. Equivocamos el tiempo con el instrumento. Resulta fácil, no quiero ser ningún iluminado. Cierro los ojos, pongo la mente en blanco, y, más o menos acompasadamente, intuyo el paso de cada segundo, pero ahora no me equivoco, no pasa el tiempo, acompaño a un pequeño guardián. El tiempo está inmóvil, no se inmuta, todo y nada transcurre a la vez. El tiempo está junto al Universo, en una compleja danza geométrica, creadora del mundo y de la vida. Sólo eso.
¿Quién tiene el tiempo? El tiempo no tiene inicio ni tiene fin.
Después de esto, me propongo no perder segundos, minutos, horas o días, meses o años. Pero el tiempo está ahí, contemplándonos, apenas nos da las migajas de los recuerdos del pasado, para entretenernos.
¿Acaso con esta reflexión he perdido el tiempo? Tic, tac.........siguen marcando los relojes. No te preocupes, el tiempo está ahí, ahora fabrica el futuro.

miércoles, 6 de mayo de 2009

El presente

Estaba "mal leyendo" el libro de M.Conde -La palabra y el tao- y ha sido cuando he caído en la cuenta de algo que siempre me parecía importante: la literalidad de la palabra en cuanto a la percepción de la realidad.
Por ejemplo, presente. Hablamos del presente y no queremos ver que cuando has acabado de nombrarlo, ya no existe o ya es pasado. El presente se nos aparece como un instante. Ese instante no es aislable, no somos capaces de detenerlo, y, por lo tanto no existe. ¿Podemos aislar una gota de mar y después devolverla al mismo lugar que ocupaba?.
Hablemos en gerundio, por definición abarca una secuencia, desde el punto 1 al punto 2; desde la vida hasta la muerte.

lunes, 4 de mayo de 2009

Al principio fue el comienzo

A pesar de la perogrullada, hoy empiezo esta nueva aventura.
Espero recrear aquí los comentarios que casi siempre uno se lleva en la cabeza por falta de tiempo o de interlocutor.
Es mi deseo que su utilización sea prácticamente diaria. También desearía encontrarme comentarios -nos hace felices a los escritores frustados- mejor positivos y constructivos que negativos o desdeñosos, aunque de todo se aprende.