viernes, 20 de noviembre de 2009

Sobre la Felicidad (con mayúsculas)

Escribía que son felices aquellos que nada esperan, porque nunca serán defraudados, entroncando con la famosa frase de Sastre: "Felicidad no es hacer lo que uno quiere sino en querer lo que uno hace". En principio, cualquier estoico o existencialista no pondría demasiados reparos para elevarlo a categoría universal de verdad absoluta del pensamiento. Sin embargo, cuánto más la pienso, me cuesta mucho trabajo corroborar este punto. Y si no, hagámonos esta pregunta: ¿podemos ser felices sólo por cerrar los ojos a todos los estímulos?.
Si respondemos afirmativamente, estamos dando por supuesto que existen estímulos, ya sean físicos o psíquicos, interiores o exteriores, que desechamos voluntariamente, luego negamos una parte de nosotros, en consecuencia, no podemos ser felices sin vivir la totalidad de nuestro yo.
Por el contrario, al negar la respuesta, aceptamos que los estímulos nos provocan sensaciones de infelicidad cuando no logramos satisfacerlos.
No seríamos completos sin la tristeza, la libertad, el deseo.......
No seamos hipócritas, en realidad, todos deseamos la felicidad ajena para nosotros, y parafraseando aquel principio físico, recordemos, que la felicidad ni se crea ni se destruye, sólo se transforma.
Por consiguiente, no te tomes la vida en serio, al fin y al cabo, no saldrás vivo de ella.

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